ENCIENDE es un proyecto de la COSCE
BOLETIN ENCIENDE - Nº 10 | Enero 2014

¿Por qué dormimos?

Por Casto Rivadulla Fernández

Todos los días, casi siempre antes de lo que quieres, te vas a dormir. Durante las siguientes 10 horas vas a estar en un estado de inconsciencia, desconectado del mundo exterior, en muchos momentos paralizado, quizás soñando con dragones, viajes espaciales o lugares que no existen, hasta que por la mañana, en solo un instante, te despiertas y sin que te parezca raro vuelves a ser tú y todo vuelve a tener sentido. Esto lo repites cada día, de forma que cuando seas mayor te habrás pasado un tercio de tu vida en ese estado de inconsciencia que llamamos sueño. ¡Si vives 90 años, habrás dormido 30!

Pero vale la pena, porque además de volver a la vida real, al despertarte lo haces fresco y lleno de energía. Sabemos todos que si no dormimos estamos cansados, nuestra memoria es peor, estamos malhumorados, y si la falta de sueño es muy acusada nuestro cerebro empieza a funcionar realmente mal. Podemos llegar a ver cosas donde no las hay, oír sonidos que no existen, es lo que llamamos alucinaciones, y en casos extremos la falta de sueño puede llevar a la muerte como se ha demostrado en experimentos con ratones y moscas. Si, lees bien, con moscas, porque las moscas también duermen.

Duermen los murciélagos (20 horas cada día), los elefantes (algo menos de cinco) y prácticamente todos los animales en los que puedas pensar. Algunos de formas al menos curiosas como los delfines en los que medio cerebro está dormido mientras el otro medio sigue despierto y vigilante, o algunos pájaros que mientras duermen no paran de volar en círculos. Son estrategias a las que la evolución ha llegado porque seguramente le dan mayor posibilidad de sobrevivir a los animales que las utilizan. Porque dormirse en algunos sitios puede ser muy pero que muy peligroso. Imagina una cebra dormida en la selva durante 7 horas seguidas. Todo ese tiempo es una presa fácil para cualquier depredador que esté al acecho. Un pájaro dormido en una rama, ¿no sería mucho más fácil para sus enemigos atacarlo en ese momento que si está volando, aunque sea en círculos?

Pues a pesar de que todos los animales dormimos, y de que los humanos nos pasamos más de 30 años dormidos a lo largo de nuestra vida, aunque no te lo creas, en el siglo XXI, cuando somos capaces de mandar robots a Marte, y hacer teléfonos móvil con cámara de fotos y conexión a internet sin cables, todavía no teníamos respuesta a algo aparentemente tan sencillo como: ¿por qué necesita tu cerebro dormir? Claro que sabemos que necesita dormir, pero ¿qué es lo que pasa mientras duermes que le permite levantarse fresco y listo para aprender cosas, para ser capaz de recordar lo que estudiaste ayer o hacer grandes descubrimientos?

Finalmente, en el año 2013, en lo que ha sido destacado por la revista Science como uno de los 10 avances científicos del año, un estudio del laboratorio de la profesora Maiken Nedergaard, en la Universidad de Rochester, ha descubierto que mientras dormimos nuestro cerebro aprovecha para desintoxicarse, eliminando todas esas sustancias que se producen durante su actividad diaria y que en caso de acumularse pueden llegar a ser muy perjudiciales.

Cada día en tu casa, las actividades que realizas generan desperdicios que tiras a los distintos cubos de basura. Por la noche bajas la basura a los contenedores de la calle y los basureros se encargan de recogerla y llevarla a las plantas de procesado. ¿Te imaginas que algo falle en esta cadena, que nadie saque la basura de tu casa y se vaya acumulando cada día? Los primeros días no pasa nada, pero pronto empezará a oler, aparecerán bichos, gérmenes…

Lo mismo ocurre en el cerebro, la actividad normal de nuestras neuronas genera unos productos de desecho que tienen que ser eliminados. El proceso de eliminación es muy simple: consiste en expulsar esos desechos al líquido que baña nuestras neuronas (líquido cefalorraquídeo) y en determinadas zonas de nuestro sistema nervioso se produce un filtrado del mismo que elimina estos desechos. Lo que no sabíamos hasta ahora es que ese proceso era totalmente distinto en función si estamos dormidos o despiertos. Durante el día, el espacio entre los diferentes elementos que forman nuestro sistema nervioso es muy pequeño, y el liquido cefalorraquídeo casi no puede penetrar en el cerebro y ejercer esa función de limpieza, sin embargo mientras dormimos ese espacio libre dentro de nuestro cerebro aumenta hasta un 60%, habilitando algo parecido a tuberías por las que el líquido cefalorraquídeo puede colarse y recoger todos los elementos de desecho en cualquier parte de nuestro sistema nervioso.

Los experimentos para llegar a estas conclusiones utilizan tecnología de lo más moderno y complejo que existe, son capaces de ver lo que está pasando dentro del cerebro de una rata mientras se está moviendo y mientras duerme. No parece fácil ¿verdad?. La imagen de la izquierda muestra el líquido cefalorraquídeo (azul) penetrando en el cerebro de una rata dormida a través de ese sistema de "cañerías” asociado a los vasos sanguíneos cerebrales que se activa mientras dormimos. (La foto pertenece al laboratorio de Maiken Nedergaard, en la Universidad de Rochester.)

Si este sistema no funciona (esto también lo demuestran en este trabajo), los desechos se acumulan y algunos de ellos podrían provocar, a largo plazo, enfermedades realmente muy graves que afectan a nuestro cerebro. Como siempre pasa con las investigaciones realmente importantes, este estudio nos abre la puerta a nuevas preguntas y a un montón de nuevos experimentos que nos ayuden a entender cómo funciona el cerebro y que podrían ayudar a curar algunas de estas enfermedades.

Resumiendo, cuando tenemos sueño, hay un montón de basura en nuestro cerebro que eliminar y es hora de irse a la cama, o algo va a empezar a oler mal ahí dentro.

Consejos para dormir mejor

Como la ciencia nos dice que dormir te va a ayudar a aumentar tu rendimiento físico y mental, ahí van algunos consejos de lo que se llama "higiene del sueño” para dormir mejor:

• Procura acostarte y levantarte siempre a las mismas horas (no pasa nada por un día que no lo hagas)
• El ejercicio es muy bueno para dormir pero evita hacerlo una hora antes de acostarte.
• La habitación debe estar totalmente a oscuras, con el menor ruido posible y la cama ser supercómoda.
Evita los refrescos con cafeína por la tarde, evita cenar demasiado, y hazlo un rato antes de ir a la cama.
• Ponte una rutina, vete a la cama 15 minutos antes y aprovecha para leer un libro, con poca luz. Evita la tableta o el ordenador (demasiada luz para que nuestro cerebro piense que es hora de dormir).
• Por último, imagínate un lugar o una situación que te resulte agradable y relajante, imagina que estás en ese sitio…….zzzzzzz

… buenas noches

Este recurso ha sido preparado por Casto Rivadulla Fernández, que es investigador del Grupo de Neurociencia y control motor, de la Universidad de A Coruña, y miembro de la Comisión Permanente de ENCIENDE.