Uno de los sectores de mayor consumo energético es el de la edificación (residencial y servicios). Dicho sector puede mejorar considerablemente la eficiencia energética, sin detrimento alguno del confort, diseñando edificios energéticamente eficientes mediante técnicas pasivas de captación de energía solar, es decir orientándolos con huecos grandes al sur y pequeños al norte para evitar pérdidas, teniendo muy presente el clima y utilizando en los muros materiales que sean buenos aislantes térmicos. Desde luego, el diseño urbanístico tiene que permitirlo, por lo que, entre otras medidas las grandes avenidas debieran tener orientación este-oeste.
Las técnicas activas (dispositivos tales como captadores solares, placas fotovoltaicas, máquinas de frío solar), basadas en la energía solar, son complementos que ayudan al ahorro de combustibles fósiles y evitan la emisión de gases de efecto invernadero.
Es lo que se ha dado en llamar arquitectura bioclimática, parcialmente considerada en el Código Técnico de la Edificación, en vigor desde marzo de 2006. En este sentido, los cinco edificios singulares del Proyecto Singular Estratégico sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar, PSE-ARFRISOL (situados en cinco emplazamientos con clima diferente: Asturias, Madrid, Soria y dos en Almería), están demostrando que es posible reducir el consumo de un edificio convencional un 50% - 60% solo en el diseño, y de un 30 a 40% con los dispositivos activos, por lo que el uso de energías convencionales no superará el 10-20%, pudiendo obtenerse de otras fuentes renovables como la biomasa, sin consumir ningún tipo de fuente de energía fósil o no renovable, y con una disminución esencial en las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Figura 1. Edificio Bioclimático ARFRISOL de la Fundación Barredo. San Pedro de Anes, Siero, Principado de Asturias.